sábado, 21 de marzo de 2015

me genera malestar la posibilidad de haber exterminado el error. me genera malestar la posibilidad de haberme deshecho de la pérdida. pero soy una inepta en lo que a control de velocidad refiere, completamente incapaz de resultar ágil en lo cotidiano. y no hago otra cosa que mal gozar en la constante enfermiza de imaginar que en el momento exactamente anterior al equívoco mi ejecución es más lenta, menos torpe, lejana al motor de deterioro en el que me he convertido. porque mis movimientos viven al servicio de la pérdida.

lunes, 16 de marzo de 2015

no existe ni un sólo cuerpo que sea capaz de acallar tu falta. me preguntó cuánto más he de escribir para que mi provocación te sitúe ante mí de nuevo. tengo el miedo del que todavía mantiene un ápice de cordura pues camino al filo de la demencia y no quisiera yo que después de toda esta obstinación cuando me encuentres, si al fin me encuentras, haber perdido la cabeza.

sábado, 7 de marzo de 2015

hoy 8 de marzo ha comenzado la enfermedad de mis sentidos.
mis manos huelen a ti, pero no he vuelto a tocarte. me pregunto si ya ha comenzado la enfermedad de mis sentidos. y cómo voy a pararte.

jueves, 5 de marzo de 2015

enloqueceré, lo ando buscando. la locura descansará en mí, aunque sólo sea por el abatimiento que le deben producir estos veinticinco años de persecución. descansa en mí y lléname. deja que me colme. no debes ser más horrenda que esta pena.
tengo pavor a la belleza de la tristeza.
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me cansas. me canso de ti. me canso me canso y me canso. a menudo me siento incapaz de ordenar mis pensamientos. me agoto en esta inestabilidad, me hunde la psicosis. me duelen las cuencas de los ojos de contemplar esta inmadurez que no me es propia. bien sabe Dios que mis actos solían ser sensatos; y ahora no hago si no gozar y gozar en el error. y no sé si a la culpa le pertenecen mis actos o los tuyos, si yo habría sido tan desacertada de no habernos. sólo me eres útil para escribir. cuando la rabia se me mezcla con la pena no soy más si no una frustración escrita. temo no querer que te separes de mí. temo que al separarte yo te busque. temo alcanzar fielmente la locura y convertirme en tu mancha y que me temas y temerme pero no temernos de nuevo y que corras de mí mientras huyo hacia ti. me pregunto si seré capaz de escribir cuando suelte a la idea que tengo de ti. me pregunto a qué me agarraré para soltar estas memeces. me pregunto si necesitaré constantemente un aliciente envenenado destructor mortífero repugnante como el tuyo para poder continuar escribiendo para poder decir algo con propiedad para poder hablar de mí. me pregunto de qué hablaré ahora que me marcho. qué diré ahora. a lo mejor enmudezco. enmudecer por tu falta. eso sí que angustiaría. relevar una ausencia con otra con la única voluntad de escapar al mutismo. apenarme constantemente sólo para no quedarme callada.
Cada vez que te pienso me pregunto si será cierto que mi mente posee la fortaleza de la roca; si me recreo en el malestar que me produces por pura protección. Puede ser que me salves; es posible que me estés salvando justo ahora del horror que me acarreó la vida. Me gustaría no saberte. Me gustaría no haberte sabido nunca; porque entonces mi dolor sería puro, la constante de la muerte resultaría suficiente para mancharme y no necesitaría ni un atisbo de tu rechazo para sentir esta pena. Quisiera llorar tan tan tan fuerte que me escucharas y te apiadaras de mí; quisiera llorar tan fuerte que me escucharas y volvieras a buscarme; quisiera llorar tan fuerte que me escucharas y me escucharas y me escucharas y me escucharas y me escucharas y me escucharas y me escucharas y me escucharas y me escucharas y que te sangraran los estribos de la provocación de mi llanto y que mi llanto de llanto impregnara tu rostro. Quisiera llorar tan fuerte tan tan tan fuerte que tú también lloraras.


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de rechazo has cubierto su muerte. dime si estoy loca, dime si estoy enloqueciendo qué haré con el pánico que me produce la importancia que te otorgo. si mi ánimo lo funda tu rechazo, si ya no sé qué soy ni a qué lugar huiré. mi fragilidad exaspera, ya se abre paso la locura.


miércoles, 4 de marzo de 2015

saudade I -borrador

Madre, el horror ha invadido mi espíritu, el cuerpo se me ha hecho agua, y ya no puedo ponerme en pie. La pena me habita, me enferma, me convierte en el ansia inagotable del que tuvo el infortunio de hallar lo importante. Qué será de mí, si poseo la certeza de que ya alcancé la gloria, si por cada paso que encumbro, dos son los que desciendo. No hay cima para este cuerpo ahogado en desidia. El hogar ha dejado de existir, y en la búsqueda, yo no hago otra cosa que deshabitarme. Regresa, o hazme regresar a ti. Pero por favor hazlo pronto, o enloqueceré durante la espera. Pues tengo a la locura instándome a cada rato, no seré capaz de escapar de su batida. Me busca, madre, me busca. La locura me busca y estoy a un paso de entregar mi alma a este hábil diablo que ha prometido cubrir mi pena.